El nuevo disco de Rojuu en cinco claves
“Los sueños de Nube” es el trabajo más ambicioso de Rojuu hasta la fecha, un álbum conceptual con cómic incluido grabado y lanzado desde la independencia que marca un nuevo camino
Rojuu es un artista curioso: al mismo tiempo perfectamente reconocible y difícilmente clasificable. Fue uno de los primeros en abrirle la puerta al multiverso musical de la nueva generación siguiendo las pistas más esquivas de Yung Beef, de Pedro Ladroga o de tantos visionarios de los ríos digitales, sirvió de puente entre la industria musical y la del streaming –llegando a ser una de las estrellas invitadas principales de los Premios Esland o de La Velada de Ibai– y ha demostrado ser un verso suelto, libre como el viento, imposible de aplacar y controlar. Su nuevo trabajo llega por fin con un cómic ad hoc –un paso que lleva tiempo deseando dar, cada vez más enfrascado en el dibujo–, con todo un concepto para servir de hilo conductor a las 25 canciones que lo conforman y tras el proceso más complejo de su ya no tan breve trayectoria. Tratamos de diseccionarlo en cinco claves.
1. Fantasía final
“Los sueños de Nube” narra la historia de Nube y su perro Viento, una epopeya con tintes de alta fantasía que marca la primera aproximación verdaderamente conceptual del artista catalán: en “Kor Kor Lake” quizá hubiera algo parecido a un concepto en la manera en la que las canciones contribuían a definir el universo sonoro de Rojuu, pero en este por primera vez hay una historia, con unos personajes y un desarrollo narrativo, a la manera de los discos de Ghouljaboy. El lenguaje, eso sí, se mantiene esquivo, críptico, y es el propio oyente el que tiene que componer las piezas del lore, a la manera de los souls que tanto le gustan.
2. Mundo abierto: dispersión genérica
Por todo el disco corre la sombra de la banda sonora de un “Final Fantasy”, con baladas intensas de piano, con sus notas brillantes, pequeños sintetizadores que imitan grandes orquestas para conseguir la ambientación e incluso escenas de combate, con su propio tema, como “Hijo de puta” con La Élite, o mazmorras como la de “Las Bestias”, con Zell y Clutchill. Pueden reconocerse incluso partes bien diferenciadas, con esa linealidad en tres discos al estilo de un “Final Fantasy VII”: el reconocimiento que marca todo el primer tramo, hasta “La bailarina a la orilla del alma” y “La marcha de los monstruos” –donde juega al Brooklyn drill con MDA sobre una base de Jersey club–; el conflicto, que se extiende hasta la gran batalla final de “Starina Club” y “El día en el que el Árbol ardió” –referencia clara al clímax de “Elden Ring”, que desencadena los acontecimientos finales en un oscuro giro anticlimático–; y la resaca que se va retirando hasta el final. Por el camino, como en una estructura de mundo abierto, visita diferentes pueblos, aldeas, templos… y cada uno aporta un giro musical a los leitmotivs del conjunto: en el nuevo disco de Rojuu hay trap, hay emo, hay pop, hay plugg, hay hardcore, hay Jersey club y otras formas recogidas en el presente por el hip hop electrónico… hay todo lo que define su aproximación musical, pero al servicio de enriquecer la propia vivencia de su universo.
3. El Cuentacuentos
Hay una presencia que sobrevuela todo el trabajo: el Cuentacuentos. Parece encarnar algo así como al villano, una especie de Sefirot al que cuesta identificar de manera real, tangible, durante toda la aventura, pero que se las arregla para envenenar la mente del protagonista con pensamientos negativos y derrotistas mientras este avanza en su camino. Al final, el gran villano de nuestras historias solemos ser nosotros mismos.
4. Aerolíneas Rojuu
El éxito siempre es relativo: cualquiera podría haber imaginado que Roc Jou ha estado siempre en una situación de privilegio respecto a la posibilidad de labrarse una carrera musical, que en parte sí, claro. Pero lo cierto es que no ha sido hasta esta ocasión cuando Rojuu se ha podido permitir plantearse llevar a cabo un proyecto como este, ambicioso, conceptual, enorme, grabado en estudios profesionales con la asistencia de Jordi Navarro y Gorka Desbraj (GO&JO), miembros de los míticos Cyan, y el productor PHOAC y sin el apoyo de un sello discográfico detrás. La última vez que el de Barcelona se planteó un proyecto en cierto modo comparable a este, más pro que amateur, se aseguró de firmar un contrato antes con Sonido Muchacho. Pero hoy, como decía Aragorn en su arenga ante la Puerta Negra, no es ese día.
5. Party completo
Los héroes de los grandes JRPG nunca están solos. Descubren su propio camino, su propia historia, gracias a la intermediación de los demás. Por eso en “El sueño de Nube” hay innumerables colaboraciones: personajes que conducen la historia, que apuntan a sus protagonistas de un lado al otro, o todos esos que se van sumando a la aventura a lo largo del camino porque comparten con el héroe ideales, intereses, una forma de ver el mundo. El propio Rojuu ha contado mientras diseccionaba en sus redes sociales el proceso detrás del álbum que cada uno de los personajes que se suceden a lo largo de la historia están diseñados para ella, previamente y más allá de quien pudiera interpretarlos después en la grabación, en su conversión al formato musical. Cada una de las voces que se escuchan está jugando su rol aquí, no haciendo de sí misma.
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