POST MALONE

Barras y estrellas para siempre, así es el disco country de Post Malone

“F-1 Trillion” ha llegado para animar el verano y dominar los charts con unas canciones fáciles y efectivas que resumen el espíritu americano

Por Álvaro García Montoliu

El pasado 16 de agosto, Post Malone cumplió un sueño de infancia, lanzar un disco de country destinado a dominar los charts en las próximas semanas y meses. “F-1 Trillion” es un trabajo funcional en el que Posty emprende escasos riesgos y juega a lo seguro, pero es lo suficientemente divertido y tiene tanto atractivo crossover que es capaz de hacerte enamorar finalmente del country aunque hayas profesado un rechazo eterno hacia un género denostado por muchos hasta hace no demasiado. Lejos del vanguardismo sonoro del “Cowboy Carter” de Beyoncé, estas canciones son la viva representación de las barras y estrellas, del espíritu estadounidense. Analizamos aquí algunas de sus claves.

Country, ¿oportunismo o sueño de infancia?

Que el country está viviendo una era dorada de reconocimiento mainstream es algo que no se le escapa a nadie. Ahora mismo, es uno de los géneros con mayor atractivo crossover como atestigua, entre muchísimas otras cosas, el álbum que Beyoncé lanzó hace unos meses, “Cowboy Carter”. Sin conocer el perfil de Post Malone, algunos podrían acusarle de oportunismo, pero el de Dallas lleva desde, al menos, 2015 anticipando este movimiento. Llegó a tuitear, de hecho, que cuando cumpliese 30 años se convertiría en cantante de country/folk. Se ha adelantado por un año, habiendo cumplido nada menos que el 4 de julio 29 años.

Post Malone, todo hay que decirlo, siempre se ha caracterizado por ser un artista muy maleable en lo estilístico y es fácil imaginar su infancia y adolescencia creciendo en Dallas y mamando muy de cerca el country. De hecho, su padre trabajó a tiempo parcial de DJ. Ya en su etapa profesional, en los últimos años ha colaborado con luminarias del género como Luke Bryan, Keith Urban o Blake Shelton. El año pasado pisó el acelerador al actuar en los Country Music Awards ofreciendo un medley de Joe Diffie y, en los últimos meses, lo hemos podido ver ofrecer un show como cabeza de cartel en el festival Stagecoach con todo versiones country. Era cuestión de tiempo, y el momento ha llegado este verano.


Tuvo algo de ayuda, desde luego

Tal y como canta en la que es una de las grandes canciones de este verano, “I Had Some Help”, Post Malone ha contado no con algo, sino con muchísima ayuda para este “F-1 Trillion”. Es tal el despliegue de estrellas en el álbum –quince de sus 18 canciones son duetos– que acabaríamos antes diciendo quién NO está en él. En lo que a invitados se refiere, hay un poco de todo: desde históricos como Dolly Parton y Hank Williams Jr., a luminarias contemporáneas como Luke Combs y Blake Shelton, pasando por virtuosos como Chris Stapleton y figuras algo más controvertidas como un Morgan Wallen siempre en entredicho desde que en 2021 se le escuchase pronunciar la palabra ‘n*gga’. Son canciones que han sido cocinadas en el epicentro de Nashville, el barrio de Music Row, con algunos de los ‘hitmakers’ más sonados del género, pero también con sus colaboradores de siempre: Louis Bell (también detrás del “Fortnight”, su colabo con Taylor Swift) y Charlie Handsome, un hombre que ha dejado su firma en los trabajos de Kanye West, Drake, Travis Scott o Ariana Grande. Todos aparecen acreditados en papeles de composición en cada una de las canciones del disco.


Una versión deluxe para inundar los charts, sí, pero también para mostrar su lado más personal

Poca gente duda que finalmente será Post Malone quien desbanque a su compañera en “Fortnight” del número del Billboard 200. Y, por supuesto, Posty quería asegurarse el tiro siguiendo la misma estrategia que otros tantísimos artistas, incluida la propia Taylor. Pocas horas después del lanzamiento de “F-1 Trillion”, lanzó por sorpresa (aunque eso de la sorpresa, a estas alturas, ya es bastante relativo) una versión extendida con nueve canciones nuevas, “F-1 Trillion: Long Bed”. Sobre ellas, lo primero que llamó la atención es que esta vez no hay ninguna estrella invitada y algunos ya han querido interpretar con este movimiento que, liberado de la presión de tener que sacar un blockbuster country, aquí hace un poco lo que le da la gana. Lo cual no significa, ni mucho menos, volver al trap con toques de guitarra rock con el que se dio a conocer en sus orígenes, sino indagar aún más en las raíces de la música tradicional americana. Aquí hay toques de piano honky tonk, Western y guitarras ‘pedal steel’, todo ello con la envoltura de letras mucho más personales al universo creativo de Post Malone.


“Cowboy Carter” y “F-1 Trillion”, dos caballos de Troya diferentes para asaltar el country

Desde el momento en que Post Malone anunció, el pasado junio, un disco country, las comparaciones con el “Cowboy Carter” se volvieron inevitables. Al final, y para sorpresa de pocos, ambos trabajos han resultado ser casi antagónicos, dos maneras de acometer un proyecto de tal envergadura. Donde Beyoncé trató de reinventar la Americana en su sentido más amplio (country, sí, pero también R&B, folk, blues, bluegrass, zydeco…), poniendo el foco a la vez en los pioneros negros que han sido frecuentemente omitidos de los libros de historia y con un brillo contemporáneo y vanguardista en la producción, Post Malone ha sido mucho más conservador en su enfoque. Aparte de jugar sin riesgo, ofreciendo un disco plácido de escuchar, pero que realmente no aporta nada nuevo al género, algunos también le han criticado el hecho de contar solo con artistas blancos. En cualquier caso, si te gusta la imaginería de camionetas, cervezas Budweiser, banderas americanas ondeando y bañarse en whiskey para curar corazones rotos, “F-1 Trillion” da exactamente eso en canciones cargadas de referencias de cigarros humeantes, partidos de fútbol americano, multas por exceso de velocidad y alcohol, mucho alcohol.


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