Kacey Musgraves

El universo detrás de “Deeper Well”, el nuevo disco de Kacey Musgraves

La estrella de Tennessee alcanza la madurez con un trabajo en el que se plantea grandes preguntas, muestra su obsesión por el anime y se despide definitivamente de la música disco.

Por Álvaro García Montoliu

Después de dejar atrás su etapa disco y pop con la dupla formada por “Golden Hour” y “Star-Crossed”, Kacey Musgraves muestra su reenfoque de su escala de prioridades e intereses musicales con un “Deeper Well” mirando a Laurel Canyon y con más soft rock que country. Y eso que el trabajo lo hizo acompañada de su equipo habitual, Daniel Tashain y Ian Fitchuk, co-autores de sus mejores canciones, en los legendarios Electric Lady Studios de Nueva York. Aquí desgranamos las claves musicales y simbólicas de un álbum con mucha tela que cortar.

Un adiós definitivo a la música disco, para bien o para mal

Después de dos primeros discos que se situaban en coordenadas de country clásico, Kacey Musgraves decidió reconvertirse en diva disco con “Golden Hour” (2018), un trabajo que le abrió las puertas a un nuevo y más grande público. Después le siguió “Star-Crossed” (2021), no tan exitoso en cuanto a crítica y comercialmente, pero interesante en su indagación del pop y el R&B de los dosmiles. “Deeper Well”, sin embargo, no tiene nada de todo eso, encuandrándose en la encrucijada entre folk-pop y soft rock, con la mirada puesta en Laurel Canyon. Y eso que el rapero de Atlanta J.I.D aparece en los créditos como compositor de “Lonely Millionaire”. En realidad, la canción interpola su “Kody Blu 31”, llevada al terreno Musgraves y sin ninguna clase de rapeo. No se está marcando un Lana Del Rey, vaya. Sí se encuentran, sin embargo, unos coros vocoderizados en “Anime Eyes”.


Kacey es una otaku de tomo y lomo

Y ya no solo porque en este nuevo disco hay una canción titulada “Anime Eyes”, sino porque en el pasado ha comentado entusiastamente sobre su obsesión por la cultura japonesa en general. Por ejemplo, en 2019 concedía una entrevista a V Magazine donde hablaba sobre su pasión por el cine de Miyazaki, sobre lo que sintió cuando visitó el museo Ghibli en Japón y que “High Horse”, de algún modo, está inspirada en su cine, al rememorar su infancia en la Texas rural y la sensación de encantamiento que sintió en sus bosques junto a su hermana. De hecho, Musgraves prestó su voz para el doblaje al inglés de “Earwig y la bruja”, película del hijo de Hayao, Goro Miyazaki. Volviendo a la canción, la de Tennessee proclama en un momento: “¡Sailor Moon no tiene nada contra mí!”. Y también habla sobre dejar atrás las lágrimas para mirar cielos Miyazaki, o sea, cielos de un azul radiante.


¿Retorno de Saturno o disco de madurez?

El Retorno de Saturno, esa especie de crisis de los 30 que ha tomado por asalto al pop mainstream en los últimos tiempos, también parece haber marcado profundamente “Deeper Well”. Kacey Musgraves, sin embargo, tiene 35 años, aunque lo mismo valdría más la pena describir este trabajo como un disco de madurez. Desde luego, el álbum plasma el momento en el que nos damos cuenta que nos hacemos mayores. Un punto vital que suele coincidir con la treintena y, por tanto, comparte rasgos con dicho fenómeno astrológico. A los 30 uno empieza a estar más jodido de la cabeza, empezar a preocuparse más por la idea de la mortalidad al ver cómo a tu alrededor empiezan a morir abuelos, tíos, padres o amigos. Pero “Deeper Well” también llega después de que se haya reconciliado consigo misma tras el divorcio con el compositor Ruston Kelly y su reencontrado amor. Ha sido este, desde luego, un periodo convulso emocionalmente para Musgraves, y eso supura en cada estrofa del disco.


Mucha tela simbólica por cortar

Kacey Musgraves es, ante todo, una cantautora. Y, como tal, en sus canciones tiene mucho que contar. ¿Un disco de madurez? ¿Un álbum conceptual en torno al retorno de Saturno? “Deeper Well” es ante todo un trabajo sobre el crecimiento personal y la introspección, en el que acompañamos a la cantante en su viaje hacia el autoconocimiento. En “Heaven Is”, por ejemplo, Musgraves asegura que no le importan el dinero y la fama, y es cierto que en los últimos tiempos se ha vuelto la penúltima estrella del pop que se ha mostrado agotada por el peso de los focos. Aquí se deleita con las pequeñas cosas, y se crece con ello. En “The Architect” muestra curiosidad por los misterios del universo y se pregunta si hay una fuerza superior que ha creado toda la maravilla que nos rodea. Y “Dinner With Friends” es un canto al carpe diem, una canción agridulce sobre el inexorable paso del tiempo y sobre la importancia de disfrutar cada momento con tus seres queridos.


La marihuana ya no es para ella

Durante años, Kacey Musgraves se había expresado abiertamente sobre su adoración por la marihuana, convirtiendo esa faceta en una importante parte de su personalidad pública y una constante en sus canciones. La canción titular de su nuevo disco, de hecho, habla precisamente sobre fumarse un porro, pero tal y como reveló en una entrevista a The Cut ahora la cantante ha dejado ese hábito atrás. De hecho, en el estribillo de “Deeper Well” ya canta: “Así que me estoy deshaciendo de esos hábitos que siento que son muy buenos a la hora de hacerme perder el tiempo”. Ahora, pasa su treintena más interesada en visitar portales inmobiliarios, dormir más, pasar más tiempo en comunión con la naturaleza y priorizando conductas que le generen menos ansiedad. “Quizá más adelante, cuando sea una señora de 60 años sin nada que hacer me tire el día haciendo cerámica”, aseguró.


Foto: Marta Bevacqua

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