Las mejores canciones de los 70
Descubre las mejores canciones de los 70. Recordamos los grandes éxitos que marcaron la década y siguen sonando hoy.
Algunos consideran 1971 el mejor año de la historia para la música popular, pero esta lista demuestra que el año justamente anterior o, por ejemplo, 1977 y 1978 tampoco estuvieron nada mal. Recordamos dianas de pionero pop-punk, himnos disco, cumbres arty que encontraron hueco en la radiofórmula, rodajas funk de impacto o la mejor, más emotiva canción protesta jamás compuesta.
9. Buzzcocks – “Ever Fallen in Love (With Someone You Shouldn’t’ve?)” (1978)
“Las canciones que reflejan la condición humana: esa es la música de verdad”, me decía Steve Diggle, guitarrista y segundo vocalista de Buzzcocks, en entrevista con “El Periódico” hace ahora diez años. En este glorioso single, el que mejor los representa, tomaron inspiración de una frase de Vivian Blaine a Marlon Brando en “Ellos y ellas” para explorar qué significa enamorarse de quien no deberías, una experiencia muy universal. Su compositor, Pete Shelley, dijo haberse inspirado en un amante con el que vivió siete años, al parecer no del todo felices. Nadie lo diría por el brío y la diversión, pero los primeros versos hablan de maltrato psicológico y dependencia emocional. Una de las mejores canciones de (o sobre el) amor que se hayan oído nunca.
8. Bee Gees – “Stayin’ Alive” (1977)
Cuando el productor de cine (y manager del grupo) Robert Stigwood pidió a Bee Gees algunas propuestas de canciones para la película disco en que andaba metido, no sabía realmente lo que iba a recibir. Cinco obras maestras, cinco: “More Than A Woman”, “Night Fever”, “If I Can’t Have You”, “Stayin’ Alive” y “How Deep Is Your Love”, temas que incluso en forma de maqueta sonaban a obras maestras. Cualquiera podría formar parte de esta lista, pero nos quedaremos con la penúltima por sublimar el género disco en algunos minutos de fórmula perfecta: línea de bajo asesina, un bucle de batería infinito en más de un sentido, el teclado de Blue Weaver y, por supuesto, el juego entre las voces de los Gibb.
7. Kate Bush – “Wuthering Heights” (1978)
El primer single de Kate Bush acabó pasando catorce semanas en la lista de singles de Reino Unido (cuatro de ellas en el número uno), o siendo usada en un famoso anuncio, pero en su día, EMI temía que las emisoras fueran a considerarlo… raro. Y bueno, raro lo era, pero en el mejor sentido: una voz de vuelo libre e hipnótico, un solo de guitarra de Ian Bairnson con un tono fascinante. Bush la compuso a altas horas de la noche después de ver “Cumbres borrascosas”, adaptación de la BBC de 1967. Algo después descubrió que compartía día de cumpleaños con Emily Brontë: 30 de julio. Todo encajaba.
6. Bruce Springsteen – “Born to Run” (1975)
Según los datos de ‘Rolling Stone’, sus cuatro minutos y medio tardaron seis meses en coger forma. En su búsqueda del muro de sonido de Phil Spector, Springsteen se dedicó a amasar cuerdas, glockenspiel, saxo, batería, teclados, diversas voces o, al parecer, más de una docena de pistas de guitarra. “Quería hacer el mayor tema rock jamás grabado”, dijo en una ocasión. Su inmenso club de fans afirma que cumplió su misión. Es fácil escucharlo y dejarse contagiar por el espíritu de huida. Dejar, por fin, ese lugar donde no se quiere estar. “Nena, esta ciudad te arranca los huesos de la espalda/ Es una trampa mortal, es una llamada al suicidio/ Salgamos mientras seamos jóvenes”.
5. David Bowie – “Heroes” (1977)
Este clásico total del Delgado Duque Blanco se compone del arte sintético de Brian Eno (compositor con Bowie), el feedback guitarrístico de Robert Fripp y unas voces simplemente icónicas, grabadas por Tony Visconti con un sistema de tres micrófonos a diferentes distancias del artista. Bowie cantaba sobre dos amantes, uno del Berlín oriental, otro del occidental, soñando con ser libres, nadar entre delfines. El crescendo era arrebatador. Curiosa e insólitamente, en su día no fue ningún éxito comercial: en Reino Unido se conformó con un puesto 24 y en Estados Unidos no llegó a entrar en la Billboard Hot 100. Empezó a verse como un clásico llegados los 80, cuando Bowie la interpretó en el megaconcierto benéfico Live Aid.
4. Serge Gainsbourg – “Melody” (1971)
Poco después del single orgásmico (en más de un sentido) “Je t’aime moi non plus”, el provocador y, además, genio Serge Gainsbourg presentaba su obra más oscuramente sexual: “Histoire de Melody Nelson”, un disco de concepto en torno al romance ilícito entre una adolescente pelirroja (en música y portada, Jane Birkin) y un hombre de mediana edad. El viaje arrancaba con “Melody”, obra maestra de reptante funk-rock con inmensos arreglos de cuerda de Jean-Claude Vannier. Trip hop veinte años antes del trip hop, en esencia. David Holmes la condensó y reelaboró en la memorable “Don’t Die Just Yet”, del cinematográfico álbum “Let’s Get Killed” (1997).
3. Fleetwood Mac – “Dreams” (1977)
Como bien es sabido, Fleetwood Mac grabaron su clásico “Rumours” en mitad del más serio tumulto emocional: la teclista Christine McVie se estaba divorciando de John McVie, bajista de la banda; el batería Mick Fleetwood afrontaba los mismos trámites; y la larga relación de Stevie Nicks y Lindsey Buckingham estaba en sus estertores. Lindsey exorcizó sentimientos en “Go Your Own Way” y Stevie hizo lo propio en “Dreams”, que según dijo compuso en un arrebato de diez minutos en los históricos estudios Record Plant de Sausalito (California), en una sala que en principio estaban usando Sly And The Family Stone. Quizá por esto último “Dreams” es algo más bailable de lo habitual en la artista, sin dejar de ser, ya desde el título, ensoñadora.
2. Stevie Wonder – “Superstition” (1972)
Los mejores hits son aquellos que no nos hacen perder el tiempo, que van a degüello desde casi el primer segundo. Y poco después de arrancar “Superstition” suena ya ese riff de clavicordio electrónico (el Clavinet Hohner modelo C, para ser precisos) llamado a hacer historia, igual que (aunque no se diga tanto) el saxo de Trevor Lawrence y la trompeta de Steve Madaio. Si alguna vez alguien te propone viajar a un punto concreto en el tiempo, no te lo pienses dos veces y pide que sea al concierto de la gira de 1972 con los Rolling Stones en que Wonder interpretó “Superstition” por primera vez. El impacto debió ser algo descomunal.
1. Marvin Gaye – “What’s Going On” (1971)
A finales de los 60, Gaye era el gran astro masculino de Motown, pero eso no significa que fuera feliz cantando lo que cantaba: quería más libertad, más capacidad de decisión. La muerte de su compañera de duetos Tammi Terrell y un matrimonio infeliz con Anna Gordy no le ayudaron a salir del atolladero emocional. Cuando Renaldo Benson, de los Four Tops, le enseñó el tema que había compuesto con Al Cleveland en respuesta a la guerra de Vietnam y la brutalidad policial empleada para aplacar las protestas, Gaye vio una oportunidad de hacer un himno soul a la vez particular y general, íntimo y universal, con referencias personales a un hermano pequeño recién llegado de la guerra o un padre puritano con el que no tenía la mejor relación. Cumbre de los 70 y de todos los tiempos.
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