Las 10 mejores canciones de los 90
Te contamos todo sobre las canciones más populares y emblemáticas de los años noventa. Recordamos los grandes hits que marcaron esta década.
Para quienes fuimos adolescentes en aquellos días, los años noventa serán siempre una era necesariamente dorada de la música. Pero no, no es solo para nosotros: también muchos de los que son adolescentes y jóvenes ahora mismo parecen fascinados por la época del indie rock y el grunge, del auge del britpop y del trip hop y de los grandes grupos con nombre acabado en “head”. Aquí van diez canciones (pudieron ser otras mil) representativas del mejor de los tiempos.
“Smells Like Teen Spirit” (1991), Nirvana
Pasan los años, pasan ya (uf) las décadas, y esta canción no se agota, perfecta en todo: estructura, melodía, producción… El riff principal de guitarra era matador, igual que la entrada de la batería o, finalmente, un estribillo tan directo como cargado de abrasadora distorsión. Se entiende perfectamente que, a pesar del cripticismo de su letra, esto fuera himno de (no solo) la generación X y que con ella el grunge se convirtiera en fenómeno mainstream en toda regla. Por cierto, se recomienda (y mucho) acercarse a la versión coral grabada por Scala & Kolacny Brothers. Embrujadora es poco.
“Losing My Religion” (1991), R.E.M.
Uno de los mejores episodios, si no el mejor, de la versión audiovisual de “Song Exploder”, el famoso pódcast en el que artistas desmenuzan sus canciones a conciencia, fue el dedicado a este clásico de R.E.M. Ningún lugar mejor para aprender todo lo necesario sobre este tema. Que realmente el riff de mandolina debe mucho al tema de “Feliz Navidad, Mr. Lawrence”, algo de lo que Peter Buck se dio cuenta un año después. Que esas letras de amor no correspondido se nutrieron del influjo de “Every Breath You Take”, de The Police, la mejor balada de acosador de la historia. O que sí, hay palmas en la mezcla final, aunque el batería Bill Berry pareciera haberse olvidado.
“1979” (1995), The Smashing Pumpkins
El proyecto de Billy Corgan tocó techo con el segundo single de “Melon Collie and the Infinite Sadness” (1995), maravilla con clase, pegadiza e hipnótica, que avanzaba los elementos electrónicos que dominarían el posterior “Adore” (1998). Escucharla significa ser transportado inmediatamente a la primera adolescencia, a los tiempos en que uno (al menos en los setenta, como Corgan, o en los ochenta, como algunos de nosotros) tenía el lujo de perder el tiempo y de aburrirse y aprender a crecer más o menos lentamente. Canción bastante universal sobre la nostalgia de estar menos preocupado.
“Enjoy The Silence” (1990), Depeche Mode
Lo que empezó como una balada se convirtió, gracias a la insistencia del componente de DM Alan Wilder, en el banger synthpop más que bien conocido por todos. Probablemente la cumbre absoluta de una carrera densa en aciertos: una suma mágica de buenos elementos (esas líneas de guitarra ligeramente New Order, ese beat casi house, esos sintetizadores fantacientíficos, esa melodía vocal de vibrato absorbente) mejor que bien dispuestos en una mezcla espaciosa. En tiempos especialmente ruidosos como los nuestros, su defensa del silencio es aún más necesaria que a principios de la década maravillosa.
“Gangsta’s Paradise” (1995), Coolio
Casi nadie recuerda muy bien la película de la que proviene (“Mentes peligrosas”, con Michelle Pfeiffer como una exmarine metida a profesora en un instituto problemático), pero la canción es un himno inolvidable. En alianza con el cantante L.V. y Stevie Wonder (en este caso vía sample, de “Pastime Paradise”, para ser precisos), Coolio se marcó una cima del gangsta rap más masticable, sin palabras malsonantes a la vista (algo que a Wonder no le hacía gracia alguna), pero no poco verismo y dolor en su descripción de la violencia de bandas que asolaba Compton. Un año después, cambiando de tercio, el rapero volvía a ser el alma de la fiesta con el tema principal de “Kenan & Kel”.
“Common People” (1995), Pulp
En los antiguos días del britpop, lo más normal era ser de Blur o de Oasis, pero los había que optaban por defender a muerte a Pulp. En cierto modo, era como defender a los dos primeros grupos. Si querías ingenio y sarcasmo, aquí también los tenías. Y si querías orgullo de clase obrera, también. El hit entre hits “Common People” casa ambas cosas: es una crítica a aquellos miembros de las élites que, de vez en cuando, se codean con nosotros, los plebeyos, en lo que ha venido a llamarse “turismo de clase”. La acidez viene envuelta en una épica disco-pop arrebatada y arrebatadora, capaz de enamorar a varias generaciones de indie kids.
“Glory Box” (1994), Portishead
Hay una canción que suena en casi todas las series: el cierre del clásico “Dummy”, según los datos de Tunefind incluida en más de una veintena de ellas a lo largo de los años, de “Daria” a la reciente “Siempre el mismo día”. Esta torch song infinita, Billie Holiday en clave de hip hop fantasmagórico, aparece en la mente de todos los supervisores musicales cuando la misión es inundar una escena con cierta sensualidad oscura. Y no, nunca falla. Menos usada, la versión en directo de “Roseland NYC Live 25” (1998) es todavía superior, aunque solo sea por esa outro extendida.
“Karma Police” (1997), Radiohead
El segundo single de “OK Computer” (1997) era un medio tiempo casi folk con predominio de instrumentos tan clásicos como piano y guitarra acústica, pero a la vez, teñido de extrañeza, sobre todo en los diversos ruidos extraídos de la Rickenbacker 360 Fireglo de Ed O’Brien. Esa inquietud constante encaja con una letra sobre el estrés y sobre pensar que la gente te está mirando de un modo extraño. La canción impactaba todavía más, si cabe, en el vídeo dirigido por Jonathan Glazer (“La Zona de Interés”), obra maestra bajo la influencia del David Lynch de “Carretera perdida”.
“Sabotage” (1994), Beastie Boys
Los Beasties empezaron a desvelar el rotundo material de “Ill Communication” (1994) con este breve y, a la vez, monumental ejercicio rap-rock, en el que guitarras, baterías y bajos distorsionados dialogan con scratches de primera. Pero quizá el ingrediente esencial sea ese Ad-Rock desgañitándose en plan hardcore. Según explicaba él mismo en el documental “Beastie Boys Story”, dirigido por Spike Jonze, las letras son una diatriba ficticia sobre un productor que “es la peor persona del mundo y que siempre nos está saboteando y parando los pies”. El vídeo del propio Jonze, créditos de apertura de una serie inventada, era La Risa.
“Cherry-coloured Funk” (1990), Cocteau Twins
El corte inaugural de “Heaven Or Las Vegas” (1990) no fue, misteriosamente, uno de los singles del mismo, pero es con toda lógica el más escuchado del álbum en Spotify. Si quieres convencer a alguien de escuchar a Cocteau Twins, es la mejor puerta de entrada posible: una perfecta destilación de todo lo que hizo grande al trío dreampop en su época menos oscura; voz y melodía de otra galaxia, guitarras envolventes y ritmos hipnóticos que, según comentó el propio grupo, debían mucho en esta ocasión al hip hop. Más de dos décadas después, The Weeknd la samplearía en “The Knowing”, corte final de su mixtape “House Of Balloons”.
Disfruta del 100% de las ventajas de SMUSIC haciéndote cliente Santander aquí