Las mejores canciones de amor en inglés para dedicar
Descubre las 10 mejores canciones de amor en inglés. Una selección de grandes éxitos románticos perfectos para dedicar y compartir momentos especiales.
Cerca ya el día de San Valentín, recordamos algunas de las canciones de amor (en este caso en inglés) que podemos poner en bucle en esa fecha señalada o, bueno, cualquier otro momento del año. Diez clásicos intocables sobre amor encontrado, amor anhelado y, en el caso de cierto tema de Kate Bush, amor temido. Música para escuchar con el volumen bien alto, para que la épica haga su verdadero efecto. Y con el corazón bien abierto.
Etta James – At Last (1960)
“Al fin/ Mi amor ha llegado/ Mis días de soledad se acabaron/ Y la vida es como una canción”. Con estos primeros versos, no es de extrañar que la balada de James de 1960, hito de su álbum de debut “At last!” (con signo de admiración), sea un clásico de los bailes de novios en las bodas. No fue la primera grabación de esta composición, extracto del musical cinematográfico “Tú serás mi marido” (1941), pero sí que es la más memorable y recordada, aunque también se la hayan hecho suya estrellas como Céline Dion o Beyoncé. Todo está en la pasión satisfecha de la voz de James y, hay que decirlo también, el brillo incandescente de la sección de cuerda.
The Beach Boys – God Only Knows (1966)
Esta barroca canción de amor está considerada, con toda la razón del mundo, la cumbre absoluta del repertorio de Beach Boys. Y, de hecho, de la historia del pop. A nivel compositivo y de arreglos era lo más complejo que los chicos habían hecho hasta entonces: progresión de acordes soñada y un curioso tapiz instrumental en el que se mezclan y confunden trompa, flauta, clavecín y cuerdas. Pero su fuerza viene, sobre todo, de la perfecta melodía compuesta por Brian Wilson y cantada por su hermano Carl. Que se mencione a Dios no molesta demasiado a los ateos; es imposible no creer en esta canción, o, después de oírla, en la vida.
The Beatles – Something (1969)
Fue la primera composición que George Harrison consiguió convertir en cara-A de un single del grupo; y uno que, además, llegó a la cima del Billboard Hot 100, aunque ambas caras hubiesen aparecido ya en “Abbey Road” (1969). Esta canción había que tenerla y que disfrutarla en todos los formatos; tratar de decidir, a base de escuchas, si iba dirigida a Pattie Boyd, primera esposa de Harrison, o al conjunto del universo. El mismísimo Frank Sinatra la consideró “la mejor canción de amor de los últimos cincuenta años” y la grabó un par de veces, para un single de 1970 y un ambicioso triple álbum de 1980. Shirley Bassey llegó al Top 5 de Reino Unido con su propio cover.
Al Green – Let’s Stay Together (1971)
Según cuenta la leyenda, Al Green tardó cinco minutos en escribir la letra para la música que orgullosamente le había mostrado el productor y arreglista Willie Mitchell, el que fuera jefe de su sello de los setenta, Hi Records. Después, no mostró mucho interés en cantarla, pero después de dos días cedió a ello y, además, con esmero. Quedó una gloriosa, elegante combinación de R&B y esencias góspel que te anima cualquier día en tiempo récord. Igual de rápido subió por las listas, convirtiéndose finalmente en el único número uno pop de Green. Una década después, Tina Turner la grabó como gran single de regreso, y otra década más tarde, Tarantino la hizo corte clave de la banda sonora de “Pulp Fiction” (1994).
Big Star – Thirteen (1972)
¿Quién no recuerda los primeros golpes del amor, esas sensaciones a la vez dulces y asfixiantes? Alex Chilton y Chris Bell, algo así como los Lennon y McCartney del power pop, supieron capturarlos como pocos en esta maravilla folky de “#1 Record” (1972), el clásico álbum de debut de Big Star. Su narrador, con la edad del título, parece desesperado por hacer cosas con la chica de sus sueños: “¿Me dejas que te acompañe a casa de la escuela?/ ¿Quieres que quedemos en la piscina?/ Quizá el viernes pueda conseguir entradas para el baile”. Tanta petición bordea el acoso, el “love bombing”, pero cantadas así tienen encanto indiscutible.
The Bee Gees – How Deep Is Your Love? (1977)
Cuando Robert Stigwood, el que fuera su mánager, pidió propuestas a Bee Gees para un proyecto de película sobre la escena disco neoyorquina, ellos respondieron con cinco obras maestras pensadas, en principio, para uno de sus álbumes. Perdieron ese disco, pero empezó a cobrar forma una de las mejores bandas sonoras de la historia, la de “Fiebre del sábado noche” (John Badham, 1977), con esta tremenda balada como uno de sus puntos álgidos. Aunque no esté acreditado como compositor, el teclista Blue Weaver tuvo mucho que ver en la estructura de piano de este himno de amor y anhelo, cuyo título robó misteriosamente Calvin Harris para una canción que nada tenía que ver.
Kate Bush – Hounds of Love (1985)
No, no es extraño que una canción de amor empiece con un sample (“It’s in the trees! It’s coming!”, dicho por Maurice Denham) de una película de terror: “La noche del demonio”, dirigida por Jacques Tourneur en 1957, para ser precisos. Porque el amor también es eso: terror, miedo al dolor que pueda venir, a la confusión que conlleva. Los sabuesos del amor persiguen a Bush (en el estribillo, esos “oohs” son onomatopeyas caninas) y podrían dejarla hecha trizas si la alcanzan, o eso piensa ella. Hacia el final, la escéptica parece rendirse a la evidencia y asegura que necesita “amor, amor, amor, amor, amor”.
Sinéad O’Connor – Nothing Compares 2 U (1990)
Lanzada por Prince para el proyecto de corta discografía The Family, adquirió verdadera notoriedad cinco años después en la abrumadora versión de Sinéad O’Connor, que vino acompañada de un vídeo icónico con la artista llorando en primer plano. Del disco al que pertenecía, “I Do Not Want What I Haven’t Got” (1990), se vendieron siete millones de copias. Bajo su influencia compusieron los reivindicables TOPS una de sus mejores canciones, el baladón indie pop “Outside”, y se recomienda buscar también el increíble cover “Shanzhai”, de Fatima Al Qadiri, cantado en mandarín inventado por Helen Feng.
The Magnetic Fields – The Book of Love (1999)
Esta balada con ukelele es la más conocida de sus “69 Love Songs” (1999), así como de todo su repertorio, en realidad. Una obra maestra del (indie) pop que se ríe de las cursilerías del amor romántico a la vez que, finalmente, a la altura del estribillo, las celebra. Peter Gabriel la grabó para la banda sonora de “¿Bailamos?” (Peter Chelsom, 2004), lo que permitió a Merritt pagar la entrada de una casa en Los Ángeles. Pero es que hay incluso una película llamada como la canción: “El libro del amor (The Book of Love)” (Analeine Cal y Mayor, 2022), en la que The Shadowboxers interpretan una versión producida por Justin Timberlake. Mishima la grabaron en catalán para “L’aigua clara” (2022).
Frank Ocean – Thinkin Bout You (2012)
Clásico total sobre la clase de crushes que te pueden aplastar. R&B de delicado sonido sintético y voces maravillosas, sobre todo en un estribillo en falsete para la leyenda: “¿O es que no piensas con tanta antelación?/ Porque yo he estado pensando en él para siempre”. Su particular interpolación de “It Never Rains In Southern California”, en la que Ocean cambiaba un “girl” por un “boy”, abrió debates sobre la sexualidad del artista (todavía no declarado bisexual cuando se publicó el single) y, de hecho, sobre todo lo que significa ser negro y queer en la industria musical. Es decir, canción importante por muchos motivos.
Disfruta del 100% de las ventajas de SMUSIC haciéndote cliente Santander aquí