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Cinco hitos en la carrera de Massive Attack

La banda de Bristol vuelve a Madrid como cabeza de cartel del Festival KALORAMA en su tercera jornada, el 31 de agosto, con una gira que está obteniendo grandes críticas

Ya queda menos para que arranque en Madrid la primera edición española de KALORAMA, un festival que nació en Lisboa hace dos temporadas y que ahora aterriza aquí como evento gemelo al portugués, con los mismos artistas actuando en las dos ciudades el mismo fin de semana. El recinto ferial de IFEMA acogerá, entre el jueves 29 y el sábado 31 de agosto, más de una veintena de conciertos en vivo más varias sesiones de DJ, todo ello al aire libre.

LCD Soundsystem y la dupla The Postal Service-Death Cab For Cutie (esto es, los dos grupos liderados por Ben Gibbard) encabezan la jornada del jueves, mientras que la del viernes cuenta con The Prodigy y Raye como sus nombres más visibles. En la jornada final, la del sábado, se podrá ver a Huda, Monoblog, Olivia Dean, Ezra Collective, Peggy Gou, Jungle y, como principales reclamos, a Sam Smith y Massive Attack. La veterana banda de Bristol no viene a presentar ningún disco nuevo (su último álbum data de 2010), pero probablemente tampoco sea algo que preocupe a ninguno de sus fans. Su gira actual, que repasa lo más granado de su trayectoria, está cosechando unas excelentes críticas por donde quiera que pasa. Además, muy cerca de IFEMA, en el Parque Juan Carlos I, es donde se celebraron dos de los conciertos más inolvidables de 3D y compañía en la capital (en 2003 y 2007, concretamente). Para abrir boca, vamos a recordar algunos de los hitos que ha hecho de esta una de las bandas más importantes de finales del siglo XX y comienzos del XXI.

1. The Wild Bunch: la súperbanda que forjó el sonido Bristol

Massive Attack debutó en 1991 con el emblemático álbum “Blue Lines” pero, en realidad, sus componentes llevaban ya una década haciendo música. Entre 1982 y 1989, el grafitero y rapero Robert ‘3D’ Del Naja, los dj’s Daddy G y Andrew ‘Mushroom’ Vowles y el inclasificable Adrian Thaws, más conocido como Tricky, formaron en Bristol The Wild Bunch, uno de los primeros soundsystems caseros del Reino Unido (montaban fiestas en discotecas y almacenes abandonados con varios dj’s, con vocalistas que cantaban o rapeaban en directo sobre lo que ellos pinchaban). Rivalizaron con otro colectivo, Soul II Soul, aunque por un tiempo compartieron un componente, el también insigne productor Nellee Hooper, e incluso llegaron a hacer una gira por Japón y a grabar algunos discos. Construyeron un particular estilo que mezclaba hip hop, punk, R&B, reggae y la música de baile que emergía de las raves en aquel momento, aunque ralentizando y oscureciendo los ritmos. El mundo empezó a hablar del Sonido Bristol.


2. De “Blue Lines” a “Mezzanine”. El túnel al final de la luz trip hopera.

Había otra persona importante en el círculo de The Wild Bunch: la cantante Neneh Cherry, en cuyo primer álbum (“Raw Like Sushi”, de 1989) colaboraron 3D y Mushroom. Su marido, Cameron McVey, se convirtió en el primer mánager de Massive Attack, y la pareja ofreció una financiación fundamental para lanzar su carrera. Con canciones como “Unfinished Sympathy” y “Safe From Harm” como abanderadas, “Blue Lines”, que incluía una mayor influencia del soul y el jazz, arreglos orquestales y muchos samples, fue una verdadera revolución que sentó las bases de lo que luego se denominaría trip hop. El término se acuñó en 1994, justo cuando la banda publicó su segundo álbum, “Protection”, Portishead debutó con “Dummy” y Tricky dejó Massive Attack para grabar su primer álbum, “Maxinquaye”. Pero, a partir de ese momento, también se convirtió en un estilo de moda y a estandarizarse y comercializarse en exceso. Como reacción, todos los adalides del trip hop renegaron del trip hop. “Mezzanine” (1998) adquirió un pulso más rock y post punk, con canciones oscuras de largos desarrollos. Mushroom, descontento con el nuevo camino estilístico, dejó el grupo. La misma tendencia se mantuvo en “100th Window” (2003). Desde entonces, todos sus trabajos discográficos se pueden considerar anecdóticos. Su cuarto álbum, “Heligoland” (2010), pasó desapercibido y, aparte de eso, solamente han entregado EP’s, colaboraciones, temas para bandas sonoras…


3. Lluvia de estrellas en la voz

Una característica muy personal de Massive Attack es su utilización de las voces. Para complementar el estilo semi recitado de 3D, Daddy G y Tricky, tiran de cantantes invitados. Destacó Shara Nelson (la voz de “Unfinished Sympathy”) en su primer álbum y, omnipresente desde el principio, el jamaicano Horace Andy. En “Protection” ya recurrieron a invitadas estrella como Tracey Thorn, de Everything But The Girl. En “Mezzanine” contaron en varios temas con Elizabeth Fraser, de Cocteau Twins, y en “100th Window”, con Sinéad O’ Connor, además de las carismáticas Dot Allison y Martina Topley-Bird en sus directos. Paradójicamente, cuando su obra discográfica ha tenido menos impacto es cuando han contado con colaboraciones vocales más lustrosas. En los últimos años, han trabajado con Damon Albarn, Snoop Dogg, Hope Sandoval, Tunde Adebimpe (TV On The Radio), Guy Garvey (Elbow) y Roots Manuva, entre otros.


4. Otro concepto en directo

Se podría decir que Massive Attack hacen música de baile que no se puede bailar. En directo, además, han apostado por un concepto muy orgánico, tal vez inesperado para una banda que provenía de la cultura rave y los soundsystem. Su concepto de espectáculo en vivo lo comenzaron a perfeccionar desde la época de “Mezzanine” (que, por cierto, a día de hoy sigue siendo el álbum del que interpretan más temas). Normalmente, 3D y Daddy G se acompañan de seis instrumentistas (una guitarra, un bajo, un teclado, dos baterías y una corista y percusionista) que están presentes permanentemente en el escenario mientras las voces invitadas entran y salen según la canción que les corresponda. En la presente gira, los vocalistas son Elizabeth Fraser y Horace Andy. Esto es: canela en rama.


5. Un grupo comprometido con su tiempo

En los conciertos de Massive Attack siempre hay una parte muy visible que apela a la conciencia. Normalmente llevan consigo visuales en los que esparcen todo tipo de mensajes sobre la política global, pero también con muchos guiños locales en el lugar en el que estén actuando. Su mayor implicación se da en aspectos relativos al cambio climático y los derechos humanos, en cuya defensa tienen un largo currículo. Por último, y no por ello menos importante, me gustaría finalizar con una de mis teorías de la conspiración favoritas: hace unos años, se esparció el rumor de que el misterioso artista urbano Banksy era, en realidad, Robert ‘3D’ del Naja. Nadie ha sido capaz de confirmarlo, pero tampoco de negarlo.


Foto: Warren Du Preez

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