Zahara solo quería hacer una canción de amor: “Lento Ternura” será su nuevo álbum

Zahara ha vuelto. De su último LP, “PUTA”, ya han pasado tres años. Desde entonces, ha publicado un disco de remezclas de éste (“REPUTA”) uno de maquetas y rarezas (“MADRE”) y una revisión de “La Pareja Tóxica” (su tercer LP de estudio) con motivo de su décimo aniversario. Pese a estar constantemente activa, y además de compaginar su proyecto personal con _juno (dúo junto a Marti Perarnau) y DRAMA (su proyecto de disc jokey), la artista llevaba un tiempo avecinando un cambio de etapa.

“Yo solo quería escribir una canción de amor” es el primer single del que será su sexto álbum, que lleva por título “Lento Ternura” y estará disponible a comienzos de 2025. Solo a nivel visual, el lanzamiento ya marca un cambio de tercio con respecto a su última era: mientras “PUTA” era oscuro y siniestro, con una estética claroscurista muy barroca y temáticas que indagaban de forma explícita en el abuso (romántico, pero también laboral), “Lento Ternura” avecina un capítulo más luminoso, aunque sin perder de vista el enfoque crítico y político que caracteriza a Zahara. Así, “Yo solo quería escribir una canción de amor” muestra la capacidad de la artista para combinar de manera única amor, ironía, caos y desencanto.

¿Beatus ille urbano?

El single no es una balada de amor al uso, pues en él Zahara demuestra que el romanticismo dentro de una relación afectiva no está exento de otros condicionantes sociales: sucede en un contexto hiperconsumista en el que cada vez cuesta más trabajo prestar atención a los vínculos sociales. De todos estos pensamientos surge “Lento Ternura”, un estado anímico ideal para su autora, una irónica reflexión sobre la búsqueda de paz en medio del caos. Zahara contrasta el bullicio de la gran ciudad con la tranquilidad de un refugio personal, una casa que se convierte en un santuario. Esta metáfora sobre la casa, con la que Zahara se entrelaza de forma simbólica, refleja su deseo de encontrar un espacio lejos del estrés urbano. De ahí su estribillo, provocador y agresivo: “Que se muera Madrid, que arda en el infierno”. La dulzura y la rabia coexisten, y en lugar de escapar del caos, la artista lo abraza como parte de su proceso para encontrar la calma.

La canción no solo es emancipadora en su letra, en la que la autora abre el debate sobre si es posible el libre albedrío en una capital marcada por la inflación y el capitalismo, sino que por primera vez se pone al frente de la producción. La mezcla ha sido realizada por Martí Perarnau IV y la masterización corre a cargo de Víctor García en Ultramarinos, pero la densidad sonora es obra de la mente de la propia Zahara: la base oscila entre el synth-pop y las nuevas tendencias industriales de ascendencia rusa que tan en alza están en nuestro país. Del mismo modo que en su anterior LP, se observa el cambio de registro de la artista a nivel vocal, que comenzó como cantautora si bien actualmente se asemeja más a una crooner contemporánea. Pese a ello, en su música siempre queda un resquicio pop, que recuerda a otras creadoras de bangers electrónicos como Belén Aguilera o la mismísima Mónica Naranjo.

La fabulosa historia de Zahara

Para quienes no la conozcan, María Zahara Gordillo Campos nació en Úbeda (Jaén), en 1983 y actualmente es una de las artistas independientes más importantes de nuestro país. Cantante, compositora, productora y escritora, inició su carrera musical a una edad muy temprana, si bien fue la publicación de “La fabulosa historia de...” en 2009 lo que catapultó su trayectoria. “Merezco”, primer single de aquel disco, fue elegida como la canción oficial de la Vuelta Ciclista a España. A partir de ahí, ha desarrollado una trayectoria marcada por la experimentación, pasando por la autogestión con su propio sello discográfico (GOZZ Records) y destacando dentro del panorama nacional por su defensa de la libertad creativa y su capacidad para hablar de temas como el abuso o el feminismo, lo que la convierte en una artista versátil y con una voz imprescindible en la escena española. Profundamente concienciada con el contexto sociopolítico que la rodea, su sexto trabajo promete una etapa más introspectiva, donde el contraste entre lo íntimo y lo caótico es su nueva brújula creativa.