Rosé debuta con “rosie”, un álbum de baladas azules
Analizamos uno de los lanzamientos discográficos más esperados de este tramo final de 2024
Rosé es el veinticinco por ciento de Blackpink, una de las bandas surcoreanas más famosas a nivel mundial (solo, quizá, por debajo de BTS). Unos meses atrás, cada uno de los miembros del supergrupo anunciaba su trayectoria en solitario, sin que esto significase la disolución del cuarteto (aunque los blinks, como se conoce a su fandom, están todavía bastante alarmados). Los motivos, aunque son varios, podrían resumirse en que las cuatro mujeres están lo suficientemente bien consolidadas en la industria como para soportar los frenéticos (y abusivos, como se ha visto este 2024 con todo lo relacionado con NewJeans) ritmos de las grandes corporaciones surcoreanas. Parece que las Blackpink quisieran tener una carrera menos artificial o hiperproducida, que no implique dar volteretas en el aire o sacar una barra de pole dance en mitad de su espectáculo: una carrera, en definitiva, más occidental.
Rosé mueve ficha con un álbum de desamor triste
“rosie” es el álbum debut de Rosé, si bien la vocalista había publicado previamente “R”, un mini EP de dos canciones. El LP, a simple vista, es lo que se espera de la cantante: un disco de baladas. Pese a que cada una de las BP está descubriendo su sonido en solitario, ninguna se desliga del rol que se les asignó dentro de la banda: Lisa sigue rapeando y juntándose con la vanguardia, Jennie practica un pop más percusivo y electrónico, de Jisoo (aunque todavía no hay noticias) se espera que tire más hacia lo local… y lo de Rosé es, como la gran voz del grupo, un disco de canciones de pop clásico anglosajón.
Fue un movimiento arriesgado soltar “ATP.” como primer single del álbum. Junto a Bruno Mars (que también se cuela como productor en “number one girl”), la composición guiñaba el ojo a The Ting Things y el pop punk de calaveras rosas y negras: Rosé comenta que dudaba sobre incluir el tema en el disco al estar inspirado en un juego de beber surcoreano, si bien ha terminado siendo la mejor canción de éste.
Dentro, también destaca “drinks and coffee” por su toque afrobeat-jersey club, y “gameboy” por recordar a ese R&B de comienzos de siglo. Por lo demás, sin embargo, el debut de la artista puede resultar por momentos monótono. “rosie” es, grosso modo, un álbum de desamor triste y, aunque a veces juega con la ironía de las nuevas pop stars (“I just saw a red flag, gonna’ pretend I didn’t see that” en “3am” recuerda mucho a la forma de escribir de Sabrina Carpenter) se mantiene en un sonido pianístico desfasado: demasiado poco innovador para considerarse contemporáneo, demasiado clásico como para resignificar la nostalgia hacia algo más interesante. Ni siquiera la Taylor Swift de antes de “Reputation” (2017), a día de hoy, ha envejecido tan bien.
Con un poco más de R&B y algo de poso anglosajón, el debut de Rosé bien podría formarse haciendo un mash up de sus apariciones en Blackpink: las melodías más chicle, los arreglos de song writer y los sentimientos más azules. “rosie” es, exactamente, todo lo que se esperaba del primer álbum de Rosé, y esta puede ser su principal problemática.
Disfruta del 100% de las ventajas de SMUSIC haciéndote cliente Santander aquí