Omar Apollo está del revés en “God Said No”
Analizamos en cinco claves el nuevo disco del príncipe del R&B
Huérfanos de Frank Ocean, alerta, el sad boy favorito del R&B, Omar Apollo está de vuelta con las que dice que son las canciones “más tristes” que jamás ha escrito. “God Said No”, su segundo álbum, que de fervor religioso tiene poco, pero de determinismo un rato largo, es una suerte de diario de a bordo de sus arreglos y desarreglos amorosos en los últimos dos años. Unas letras que se benefician de los sentimientos contradictorios que emanan de una ruptura. Vamos, que si esto fuese “Del revés 2”, sus emociones serían la pena, la duda, el remordimiento, el resquemor, la ira y el deseo. Desgranamos a continuación sus claves.
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Nacido en Indiana (EEUU) de una familia de padres inmigrantes mexicanos que le inculcaron las tradicionales culturales y musicales de su país de origen, Omar Apollo hizo sus primeros pinitos a finales de la pasada década en Soundcloud, donde llamó la atención de las majors con su única combinación de un R&B alternativo, muy deudor de Prince, pero también de Frank Ocean, hip hop e indie pop de dormitorio. Lo suyo siempre han sido unas producciones caseras hechas a base de susurros de falsete de seda y reverb. Antes de su álbum de debut, “Ivory”, que llegó en 2022, entregó un EP de confinamiento, “Apolonio”, una colección de sketches que iban del funk de Parliament al corrido mexicano. Llegados al bilingüe debut en largo, Apollo consiguió un hit viral en TikTok, “Evergreen (You Didn’t Deserve Me At All)”, que ponía a la palestra su gusto por la letra sentida y visceralmente honesta. El disco le valió una nominación, un año después, al Grammy a Mejor Nuevo Artista, además de un rendimiento óptimo en las listas Billboard.
Buscando los aliados más insospechados
Además de las colaboraciones vocales de Daniel Caesar y Kali Uchis, “Ivory” contaba con un plantel de colaboradores en tareas de producción como Chromeo, The Neptunes (o sea, Pharrell Williams y Chad Hugo), Tobias Jesso Jr., Rodaigh McDonald y Teo Halm. Un enfoque que, eso sí, ha cambiado en este “God Said No”, que acaba de llegar a las tiendas. La hoja de créditos aquí se reduce, con Teo Halm, el hombre detrás de “Con altura” y “TKN”, de Rosalía, tomando las riendas del asunto. En cuanto a invitados externos, esta vez solo aparecen acreditados dos artistas, además de, ojo, una interpolación del inédito de Frank Ocean “No South Point, Miami” y la presencia a la guitarra de John Mayer. Por un lado, Pedro Pascal ofrece un interludio spoken word, “Pedro”, sobre coser corazones rotos, y Mustafa sirve en “Plane Trees” un mensaje de esperanza y consuelo. Como notas curiosas, también vale la pena comentar que la risa de su padre aparece en “Drifting”, mientras que la voz de su madre está incluida en el cierre del álbum, “Glow”.
¿Frank Ocean? Mucho. Pero también, ojo, Ryuchi Sakamoto, el dream-pop y Giorgio Moroder
Omar Apollo ha demostrado ser un artista que, pese a manejarse en el contexto del mainstream y de las majors, siempre ha querido navegar a contracorriente, ajeno a las modas, a los dictámenes de la industria. “God Said No”, pese a ser publicado en un gigante discográfico como es Warner, cuenta con una producción minimalista y atmosférica. En entrevistas, el estadounidense-mexicano ha asegurado sentirse especialmente influenciado por la música del maestro japonés del ambient, Ryuichi Sakamoto, fallecido recientemente. En el disco, pues, se aprecian sintetizadores ondulantes y piano eléctrico que contribuyen a elevar el conjunto hacia unas cualidades etéreas e inmersivas. Los más atentos también percibirán un sample del trío dream-pop Ivy en “Drifting”, que otorga a la canción un rollo muy dance-pop radiofónico de los noventa. Pero la mayor sorpresa aún está por desvelar y merece un punto aparte.
El expreso de medianoche
“God Said No” fue creado en los legendarios Abbey Road Studios, donde Omar Apollo se atrincheró junto con Teo Halm después de romper un amor de dos años. Según cuenta en entrevistas, el americano aprovechó su estancia en Londres para escaparse por sus clubs y conocer su rica vida nocturna. De alguna manera le sobrevino la banda sonora que el pionero del disco Giorgio Moroder hizo para la película de culto “El expreso de medianoche”, de Alan Parker. Es cierto que no es una influencia latente en buena parte del álbum, pero sí evidente en “Less Of You”, acaso la mejor canción de este “God Said No”. El track sorprendió a propios y extraños, pues nunca había sido el synth-pop un sonido que Apollo haya exhibido en el pasado, pero es una prueba más de su crecimiento artístico y versatilidad. La cosa tiene su miga porque “Less Of You” habla de la herida en el corazón que le dejó un amante que, precisamente, escuchaba pop electrónico. Nada es, por tanto, casual en el universo de Omar Apollo.
Un cancionero para la sociedad atomizada
Siguiendo con “Less Of You”, esta es una de esas canciones que mejor resume el universo creativo de Omar Apollo, un hombre que siempre se ha abierto en canal a la hora de expresar sus emociones, con canciones que hablan de desengaños amorosos, pero, eso sí, con un cierto enfoque de humor irónico para rebajar la gravedad. “God Said No”, es su propia interpretación del “lo que será, será”, y se describe como un diario a bordo sobre su ajetreada vida amorosa y las ruinas emocionales que deja la misma en los dos años desde que le escuchamos por última vez en “Ivory”. En canciones como “Less Of You”, Apollo nos habla del dolor romántico, la pérdida y la confusión, pero también de que, en la era de la hiperconectividad, paradójicamente estemos cada vez más aislados. Omar se desnuda en estas canciones de cuerpo y alma hasta límites insospechados para un artista, con todo, dado a exhibir una vulnerabilidad desprotegida y una franqueza desnuda.
Foto: Aitor Laspiur
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