TRAVIS SCOTT

Las 10 mejores canciones de Travis Scott

Aprovechando los dos conciertos del rapero estadounidense en Madrid, os proponemos esta lista de sus mejores temas.

Por Anton Casas

¿Eres más del Travis rager o del que se embriaga a sí mismo con codeína y Auto-Tune? En esta selección de diez temas hay un poco de cada, con representación para todos los trabajos del rapero de Houston, lo cual hace que, evidentemente, algunas canciones se puedan echar en falta. En cualquier caso, si eres fan de La Flame, tanto si te hiciste con una entrada para el show de Madrid, como si te has quedado en tu biblioteca de confianza refugiándote del calor –en ese caso, ponte los auriculares– esta lista es para ti.

10. Hell Of A Night

El Travis Scott primigenio, el que estilizaba su nombre artístico con el símbolo del dólar sustituyendo la ese de Scott. Poseído por la influencia de su ya por aquel entonces mentor Kanye West –siempre hay que recordar la participación de Travis en tareas de producción, con más o menos peso, en “Yeezus” (2013)–, en su primera mixtape, “Owl Pharoah”, ese trap abrasivo y oscuro del disco de Ye lo permeaba casi todo, si bien en algunos temas había espacio para expresiones más coloristas. En “Hell Of A Night” (2013), la influencia del Kanye más soulful y del Kid Cudi más confesional posicionaban a Travis como digno aprendiz de dos de sus mayores ídolos. Y con líneas como “I left my girl in the south, but there’s gold in my mouth” el personaje empezaba a tomar forma.



9. goosebumps

Durante un tiempo fue el mayor hit de Travis –de hecho, a día de hoy todavía es su canción más escuchada en Spotify, superando incluso a “SICKO MODE”–, llegando a repetir el tema quince veces en un mismo concierto durante su ‘Birds Eye Tour’. Con la base trap moviéndose siempre al ritmo del caudal psicodélico que tan bien supo moldear el rapero durante la década pasada, el tema no puede ser más pegajoso, tanto en sus momentos más pausados y alucinados, como en su infeccioso estribillo. El featuring de Kendrick Lamar, como no podía ser de otra manera, no hace más que aumentar la efectividad del tema, aupándolo a un nivel superior de iconicidad.


8. MY EYES

Quizá la única muestra de algo sincero y más o menos puro en todo “UTOPIA” (2023), esta canción es un punto de luz, un asidero emocional al que agarrarse en medio de la agitación exacerbada de un disco con demasiadas pretensiones de oscuridad, cuya épica de blockbuster funciona para el desfogue comunal, sí, para la serotonina ocasional, pero que, pasado el pogo y la subida de azúcar, solo termina dejando una sensación de vacío, de cosa hueca. “MY EYES” se rebela contra esto, bajando las revoluciones para dar cabida a algo parecido a una reflexión, quizá incluso a un atisbo de confesión –mención de soslayo a la tragedia del festival Astroworld–, para luego aumentarlas en un frenético monólogo interior. Épica desde el interior, con un fondo etéreo cortesía de los vocales de Justin Vernon y un beat tímido, casi ambient, en el que se nota la mano de Vegyn. Y mira, yo que sé, a falta de nueva música de Frank Ocean, este sucedáneo me sirve.


7. RaRa

Cuando la era del SoundCloud rap llegó al mainstream –allá por 2016, cuando quizá, consecuentemente, todo el pescado ya estaba vendido, con todos los grandes nombres salidos de esta etapa ya más o menos consolidados–, Travis nos regaló algunos loosies a través de la plataforma naranja. Y, ojo, el rapero tejano nunca perteneció a la lista de artistas que se hicieron un nombre a través de colgar compulsivamente canciones en SoundCloud, ni, por supuesto, nunca se le metió en el saco del mumble rap, pero si algo ha sabido hacer durante toda su carrera el rapero es coger un poco de aquí y un poco de allá, apropiarse de ciertos códigos en beneficio de su figura en distintas parcelas del mundo del hip hop. Así, al subir este descarte de “Birds in the Trap Sing McKnight” (2016) –por problemas de deadline– solo a esa plataforma, se metía en el terreno de raperos como XXXTentacion, Juice Wrld, Playboi Carti o Denzel Curry. La unión con Lil Uzi Vert, primera colaboración entre ambos, amplifica esta sensación de estar ante un pequeño vestigio de la época dorada del trap estadounidense. Y ese mix tan crudo le da incluso cierto aura de culto al tema.



6. SKELETONS / ASTROTHUNDER

Desde que juntara estos dos temas en su actuación de ‘Saturday Night Live’, ya me es imposible disociar uno del otro. Además, son dos canciones que pegan en su fondo, con esa unión lisérgica junto a Kevin Parker (Tame Impala) en “SKELETONS”, que venía a celebrar la propuesta de trap oscuro y psicodélico de Travis –me chirría decir que la validaba, pero podría haber algo de eso–, y con ese regalo de Thundercat y al mismo tiempo homenaje a Thundercat en “ASTROTHUNDER”, algo así como ¿sueñan los raperos en bajos eléctricos? Dos viajes en uno, conducidos por el crooning autotuneado de Travis en su máximo esplendor.


5. Nightcrawler

Ragers, en formación. La esencia de Travis Scott, o, al menos, la esencia de lo que el rapero siempre ha insistido que abanderaba, está aquí. El Travis más desfasado y nocturno, el que te incita al pogo mientras se monta la fiesta privada en el reservado de una discoteca, con la melosidad de Swae Lee conviviendo con la explosividad de Chief Keef, y un auténtico dream team formado por TM88, Southside, Metro Boomin y Mike Dean en la producción sirviendo trap espumoso y efervescente desde la barra. Banger para la historia.


4. Oh My Dis Side

No, quizá no es una de sus canciones más conocidas. Tampoco una joya oculta o de culto. Pero sus casi seis minutos vuelan cuando la escuchas, partida en dos partes en las que Travis Scott es más Jacques Webster que nunca. Ayudado por Quavo, que imparte una auténtica masterclass de cómo mejorar un tema a partir del uso de ad-libs –intratable desde siempre en ese aspecto, el ex Migos tampoco se queda corto en su verso–, ambos raperos van construyendo el típico relato de auge al estrellato para terminar erigiendo, con aire nostálgico, toda una oda a sus respectivos lugares de origen. Me emociona siempre que la escucho, por aquello de sentirse de un sitio. O lo que sea.



3. Quintana Pt. 2 / Drugs You Should Try It / Don’t Play

Lo sé, soy un tramposo. Pero sirva esta infalible concatenación de temas –la podría haber extendido a cinco, con “Mamacita” por la cabeza y “Skyfall” por la cola– para ensalzar el que verdaderamente es uno de los mejores trabajos de La Flame, “Days Before Rodeo” (2014). Imposible decidir entre la épica en slow motion de “Quintana Pt. 2”, el suave trip romántico de “Drugs You Should Try It” o la amenaza vocal amenizada por el pop-rock de The 1975 en “Don’t Play”. Ya que estamos, escúchate la mixtape entera y entenderás el atractivo de ese Travis más voraz, con todavía mucho por demostrar. Más sensible también. Sin imposturas. De ese Travis $cott pre fama masiva. A veces se le echa de menos.



2. SICKO MODE

Canción con un aura que desborda, icónica desde el segundo uno, con esos sintetizadores que parecen agonizar y amenazar a partes iguales, y con ese “Astro” con el que Drake revelaba, cómo quién no quiere la cosa, su featuring. No nos vamos a comer la cabeza en buscar otra metáfora que no sea la de la montaña rusa sónica, porque Travis tampoco se la comió al crear el concepto de “ASTROWORLD” (2018); así quería que se viviera su disco. “SICKO MODE”, con sus infalibles cambios de beat, vendría a ser el epítome del álbum, escurridizo y esquizofrénico, trap a todo color, con matices sonoros sureños –el proyecto no dejaba de ser un homenaje de Travis a su Houston natal–, y caramelos escondidos por doquier. Su éxito también hizo mucho daño, impulsando la proliferación de la síndrome del beat switch, con cantidad de productores y raperos metiendo forzando la maquinaria del cambio de instrumentales en un mismo tema. Pero para la posteridad queda este eclipse solar de dos bestias antes de que caiga la noche.



1. 90210

La querencia de Travis Scott por los cambios de beat, en cualquier caso, venía de antes. “90210” se divide en dos partes para contar el relato de tres viajes: uno físico –de Houston a Los Angeles (el título de la canción es el código postal de Beverly Hills)–, otro alucinógeno –las drogas como elemento recurrente en la discografía del rapero– y, sobre todo, uno personal –del anonimato al estrellato–. Kanye West, de nuevo, en el corazón, ya sea en la primera parte a modo espiritual, remitiendo al desgarro autotuneado de “808s & Heartbreak” (2008), o en la segunda parte, directamente con un sample de “Family Business”. Y la voz angelical de Kacy Hill guiándole entre la confusión de los focos, hasta llegar a esa explosión sonora, colorista y llena de alma, de vibes old school, en la que Travis se desquita con uno de sus mejores versos. El propio rapero ha comentado que es su tema favorito de “RODEO” (2015), fácilmente considerable como su mejor álbum. “Honestly, God bless”.


Disfruta del 100% de las ventajas de SMUSIC haciéndote cliente Santander aquí