Jennie debuta en solitario con “Ruby”
La integrante de las reinas del K-Pop BLACKPINK tira por la senda del divertimento en su primer álbum en solitario
Hace aproximadamente un mes, BLACKPINK anunciaban su regreso con un tour mundial que, afortunadamente, tiene parada en España: el 9 de agosto de este mismo año las cuatro integrantes estarán juntas en el Estadi Olímpic de Barcelona. Hasta el anuncio de dicha gira, el regreso del cuarteto más importante que ha salido de la industria discográfica surcoreana pendía de un hilo. Más hace medio año, cuando cada una de ellas comenzó a anunciar un proyecto individual fuera de los mandos de YG Entertainment, su sello discográfico.
De éstos, el primero en ver la luz fue el debut de ROSÉ, mucho más baladero de lo que su éxito masivo, “APT”, prometía: un one hit wonder en toda regla. LISA fue la siguiente en salir a escena: si bien sus dos primeros adelantos, “Rockstar” y “New Woman” (esta última, con Rosalía) prometían el equilibrio perfecto entre la vanguardia y el pop multitudinario, el LP se fue desinflando hasta su salida, y “Alter Ego” no resultó la gran promesa emancipadora del K-Pop que esperábamos. Jisoo, por su parte, ha decidido recluirse en una escena más local y menos conceptual. El panorama no era demasiado esperanzador y, aun así, puede decirse que Jennie ha superado las expectativas: no es que haya lanzado el mejor álbum de todas sus compañeras, sino que, además, es un buen disco.
“Ruby” no es una carta de presentación de Jennie: la coreana fue la primera del grupo en publicar música en solitario con el single “SOLO”. A éste le siguió “One Of The Girls” junto a The Weeknd y Lily-Rose Depp, canción original para “The Idol”, la serie dirigida por el de “Blinding Lights”. “You & Me” y “SPOT!” (junto a ZICO) cerraban una primera etapa para Jennie que, tras esos primeros adelantos, decidió centrarse en la composición de un trabajo más largo. “Ruby”, a nivel conceptual, hace aguas por todas partes: Jennie solo quería hacer canciones que le gustaran. Así de simple. Por ello, el LP es un compendio de rap, pop y R&B con la única coherencia del mero divertimento. Sin embargo, las canciones, a nivel individual, están producidas con precisión y detallismo, haciendo de cada una de ellas un producto fino y elegante. Hay que tener en cuenta que, dentro de la industria surcoreana, la autenticidad no es un factor transversal como sí lo es en occidente, lo que se relaciona con el que la vocalista prime la calidad interpretativa y el factor técnico por encima del concepto.
Uno de los hits que Jennie ha guardado y no ha sacado como single aparece en el segundo puesto del tracklist: “Like JENNIE” mezcla phonk y rap presentando una producción nueva en el repertorio de la artista, a la vez que mantiene el arquetipo con el que comenzó su trayectoria musical: una “it girl” algo rebelde, pero no demasiado. “Mantra”, primer single y una de las mejores composiciones del trabajo (con la participación de El Guincho) es un miami bass con toques de funk. Por su parte, “ZEN” se presenta como la más vanguardista del trabajo, con una estética tribal. La colaboración con Doechii en “ExtraL” o la de Dua Lipa en “Handlebars” son algunos de los puntos álgidos del LP, si bien más por el nombre que por la forma. Finalmente, “Damn Right”, junto a Childish Gambino y Kali Uchis, explora un R&B nostálgico: por momentos, parece que la surcoreana ha tomado a Kali Uchis como su máximo referente y se lo ha confesado sin miramientos.
“Ruby” no es el ejercicio de intimidad que se espera de un debut personal: no lo es porque Jennie juega en otra liga. De hecho, ni siquiera juega el mismo deporte: sus reglas no se condicionan a través de la sinceridad, la autenticidad o la expresión personal. Suena bien, muy bien y, de momento, con eso basta.
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