Fred again

Fred again.., la magia de los pequeños momentos

El lanzamiento de “ten days”, nuevo álbum del productor electrónico del momento, nos sirve de excusa para trazar un recorrido a través de toda su trayectoria (polémicas incluidas)

Por Álvaro García Montoliu

Fred again.. representa una fusión moderna entre productor, músico y compositor. Curtido inicialmente como productor en la sombra para grandes nombres como Ed Sheeran, Ellie Goulding, Charli XCX y Stormzy, su carrera como solista no empezó a despegar del todo hasta que llegó la pandemia. Fue un momento cultural ideal para que su música empezara a hacer clic en las mentes de la gente. Electrónica de corte intimista pero de crudeza emocional, las producciones de Fred again.. empezaron a resonar con el gran público en un momento en el que el deseo colectivo era compartir experiencias a través de la música de baile en pleno aislamiento. Tras la trilogía “Actual Life” y una sesión Boiler Room para la historia (la tercera más vista en YouTube), su nombre empezó a reclamar tamaños de fuente más grandes en carteles de clubs y festivales.

Four Tet, Fred again.. y Skrillex, padre, hijo y espíritu santo

2023 supuso un punto y aparte para el británico. Y eso sin perder ni un ápice del espíritu colaborativo que siempre ha definido su trabajo. Además de lanzar un álbum de ambient junto a su padrino Brian Eno también empezó una alianza colaborativa con Skrillex y Four Tet, con los que agotó en cuestión de minutos las entradas para un show en el Madison Square Garden de Nueva York. Y, luego, con esos mismos compañeros, encabezando el escenario grande de Coachella como cabezas de cartel en sustitución de Frank Ocean. Desde entonces, han seguido un montón de sesiones multitudinarias, como, por ejemplo, hacer que 120.000 personas se pusieran en la cola virtual para comprar entradas para su show en el Sydney Opera House anunciado con unas pocas horas de antelación.


Un genio del marketing…

Se han escrito muchos artículos sobre el genio del marketing que es Fred again.., y es que no es para menos. Mucho del mérito tiene que ver con el espíritu currante del londinense. Da la sensación que no pare ni durante el día ni por la noche. Hay una espontaneidad y frescura en su presencia en redes sociales que entronca con su espíritu DIY de producción. Lejos de la artificialidad de los influencers de Instagram y TikTok, Fred again.. parece real y parece que sea tu colega. Es de aquellos pocos artistas que baja a la tierra para hablar con sus fans y les invita a listas de distribución en Whatsapp para mantenerles al tanto de shows especiales. Fred again.. es su propio community manager, en fin.


…al que le han salido no pocos detractores

Una cosa que ocurre a menudo en la música electrónica, pero en realidad en cualquier género musical que se precie, es que cuando nos encontramos con un ascenso meteórico como el de Fred again.. empiece a haber suspicacias. Suspicacias, por cierto, que parecen olvidar que antes de sus sesiones en Coachella o en el Madison Square Garden, antes incluso de lanzar el primer “Actual Life”, Fred ya estaba currando en la sombra como productor musical y ejerciendo de multiinstrumentista tocando el piano, la batería, el bajo, la guitarra, los sintetizadores e instrumentos de viento para algunos de los artistas más respetados de todo el mundo. Por no decir que vendes 50.000 entradas en cuestión de minutos solo porque eres un ‘nepo baby’. Que tampoco mintamos, lo es, en tanto que descendiente directo de un barón y estudiante de una universidad que cuesta 50.000 euros al año en la que estudió unos años atrás Kate Middleton, Princesa de Galés. Que Brian Eno sea amigo de la familia y tu vecino seguro que te abre puertas, pero luego hay que saber qué hacer con esos contactos.


Diez días en la vida de Fred

Tras el álbum en constante expansión “USB”, un trabajo al que Fred again.. va añadiendo canciones como si de una playlist se tratara, a principios de septiembre llegó la continuación propiamente dicha de la trilogía “Actual Life”. El productor británico siempre ha ofrecido pinceladas de su vida en la música, tratando sus producciones como una suerte de diario, incorporando elementos sonoros como fragmentos inconexos de conversación y el murmullo de la vida en la ciudad. Pero, en lugar de ofrecer este “ten days” un repaso a algunas de las cosas más locas que le han pasado en este último año, Fred again.. ha preferido optar por poner el foco sobre aquellos pequeños e íntimos momentos, que a la vez han acabado teniendo un impacto intenso en su vida, para lo bueno y para lo malo.


Música par marcarse un jodido baile

Es en esa dicotomía donde Fred again.. siempre suele sacar gran provecho. La suya es una habilidad sobrenatural para casar la vulnerabilidad introspectiva con la catarsis bailable, resonando con el público a través de una música que conecta a la perfección con esta era dominada por conversaciones sobre la salud mental, la autoexpresión online y la nostalgia por unos tiempos que ya no volverán. También se destapa en “ten days” como un romántico empedernido, sobre todo en “fear less”, donde canta con Sampha sobre lo que le reconforta tener a su media naranja en el asiento de pasajero. O canciones como “backseat”, que suenan a conjuro esotérico y testamento de lo increíblemente buen productor que es. Sin olvidarnos, claro, de la gracia que tiene para incorporar samples vocales en forma de conversaciones no siempre triviales. “Hay algo sobre esa canción que simplemente te hace levantarte y marcarte un jodido baile”, dice alguien en medio de “Places To Be”, junto con Anderson .Paak y Chika. Pero, bien pensado, ¿qué producción de Fred again.. no consigue ese mismo efecto?


Mucha luz, pero alguna sombra

“ten days”, digámoslo claro, no es un álbum perfecto. A menudo da la sensación de que Fred again.. produce más para él que para terceros, y eso no necesariamente tiene que ser algo malo, pero llega un punto en el que su caudal creativo puede acabar jugando en su contra. Sobre todo en un mundo como el de la electrónica de baile, en el que el menos es más, en el que jugar con la expectación y el misterio te da puntos extra; no hay más que mirar a su colega Jamie xx, que ha dejado nueve años de distancia entre su primer y segundo álbum. Tampoco ayudan demasiado esos diez interludios que explican el título del disco y entorpecen un poco el fluir de las canciones, pero lo cierto es que, como acostumbra a suceder, las críticas a “ten days”, y a Fred again.. en general, se han dado más del otro lado del charco que de este.




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