Drake y PartyNextDoor en “$ome $exy $ongs 4 U”, nostalgia, R&B y heridas abiertas
Analizamos un álbum que juega sobre seguro con la fórmula OVO, entre el romanticismo brumoso, la introspección y las secuelas de un año difícil para Drake.
Drake no está listo para dejar atrás el 2024. Tras un año marcado por beefs, batallas perdidas y un desgaste creativo cada vez más evidente, el canadiense regresa junto a su viejo cómplice PartyNextDoor con “$ome $exy $ongs 4 U”, un álbum lanzado estratégicamente en San Valentín. Lo que podría haber sido un simple ejercicio de R&B seductor se convierte, sin embargo, en un retrato de su estado mental actual: vulnerable, atrapado por su pasado y más obsesionado con su legado que con el futuro. No hay un diss track directo a Kendrick Lamar, pero su sombra planea sobre un disco que, entre pasajes nostálgicos y destellos de inspiración, refleja a un artista intentando reencontrarse con su mejor versión.
La herida aún está abierta
Si pensabas que un álbum en colaboración con el mojabragas oficial de Toronto PartyNextDoor, titulado “$ome $exy $ongs 4 U” y lanzado un 14 de febrero, no iba a tener alguna mención al legendario beef entre Kendrick Lamar y Drake, andabas equivocado. No hay diss tracks propiamente dichos, eso sí, pero el fantasma de la batalla planea por todo el disco, especialmente en algunos de sus mejores cortes, “Gimme A Hug” y “Brian Steel”. Y es que es cuando se aleja del rollito melódico y sensual R&B cuando Drizzy saca a relucir su amargura. No hay la intensidad casi generacional de un himno como “Not Like Us”, pero en “Gimme A Hug” hay algunas de las cosas que más nos gustan del canadiense: su clásico flow “Family Matters”, un beat switch bestial y una letra que se siente como una vuelta de honor. Queda por ver si este álbum lo ayudará a reconstruir su reputación o consolidará aún más sus luchas, pero su incapacidad para dejar ir sugiere que las heridas de su disputa con Kendrick aún están abiertas.
Tu melodía me suena
Drake y PartyNextDoor han construido una fuerte química musical a lo largo de los años, y su característico sonido R&B atmosférico, ese universal estar triste pero con ganas de follar, se muestra aquí en formato panorámico. Sin embargo, existe una creciente sensación de estancamiento creativo por un lado y por el otro. La producción es elegante y a menudo se inclina hacia la estética brumosa y minimalista que es sinónimo de OVO Sound, pero carece de la innovación que alguna vez convirtió a Drake en un creador de tendencias y a PND en una de las grandes nuevas voces del género. Canciones como “CN Tower” y “Spider-Man Superman” suenan como si pudieran haber sido extraídas de “Views” (2016) o “More Life” (2017), sin ninguna evolución real. Hay mucho fan service en el disco con todo este derroche de nostalgia, pero los oyentes ocasionales –básicamente, cualquiera que llegue atraído aquí después de lo sucedido en los Grammy y la Super Bowl– pueden encontrarlo decepcionante. “$$$ F U” se siente como un álbum hecho para consolar a su principal base de fans en lugar de desafiarlos con algo nuevo.
Una vulnerabilidad emocional que se queda a medias
“Gimme A Hug” no es la única cumbre del álbum y, de hecho, también hay momentos inspirados en sus canciones más melódicas. Drake, que ha sacado oro de su genuina vulnerabilidad, ofrece grandes instantes de inspiración y honestidad en “Die Trying” y “Somebody Loves Me”. Aquí da rienda suelta a conflictos personales, relaciones fallidas y desconexión espiritual que muestra destellos del genio introspectivo que una vez fue. En “Die Trying” demuestra que sigue siendo un romántico empedernido toda vez que reflexiona sobre el peso de la fama, sus fans y el rap en general: “This year, me and God, we wasn’t seeing eye to eye / I prayed to her from time to time / She was busy on another vibe”. En lugar de comprometerse plenamente con este lado introspectivo, con frecuencia se desmarca postureando y flexeando, como si tuviera miedo de recrearse demasiado en una genuina autorreflexión. Y, al final, este tira y afloja entre vulnerabilidad y bravuconería crea una experiencia emocional desigual a lo largo del álbum.
PartyNextDoor brilla y se siente infrautilizado a la vez
Como colaboración entre dos de los nombres más importantes de OVO Sound, “$ome $exy $ongs 4 U” tenía el potencial de resaltar las fortalezas de PartyNextDoor tanto como las de Drake. Si bien PND tiene momentos fuertes (su voz y composición elevan highlights ya mencionados como “Somebody Loves Me” y “Die Trying”), a menudo se siente más como un invitado que como un socio igualitario. No hay más que echar un vistazo al tracklist: seis temas exclusivos de Drake, por solo uno de PND, “Deeper”, que resulta ser otro melocotonazo R&B. Esto es especialmente flagrante si lo comparamos con “Her Loss” (2022), donde Drake y 21 Savage tuvieron un intercambio dinámico que mantuvo el interés del proyecto durante todo su metraje. Aquí, las contribuciones de PND parecen haberse quedado a medio cocer, a menudo siendo relegado a un papel secundario en lugar de impulsar realmente la dirección del álbum. Un enfoque más equilibrado, en el que cada artista impulsara al otro creativamente, podría haber dado como resultado el disco dinámico y atractivo que muchos esperábamos.
Más fan service que reinvención
Después de un 2024 que no se lo desearía ni al peor de mis enemigos, Drake tenía la oportunidad de dar un golpe encima de la mesa con “$ome $exy $ongs 4 U”. Y, aun dejando atrás el resquemor, bien podría haber aprovechado para redefinir su identidad musical y tomar ciertos riesgos. Poco de esto hay en un proyecto que juega sobre seguro, dando exactamente el R&B taciturno que sus fans de toda la vida esperan. Es cuando Drake se sale del guion que la cosa despega. Por ejemplo, en “Nokia”, una canción juguetona, de ritmo infeccioso que tiene todo el atractivo para convertirse en un hit viral. Solo falta que alguien inicie con ella un desafío de baile. La cosa no le sale tan bien, pero se agradece el esfuerzo de “MEET YOUR PADRE”, donde conecta con el artista de sierreño urbano Chino Pacas, del que es un fan declarado. Nos gustó más su otra aventura en español, junto con Bad Bunny en “Mía”, pero deja intuir unos ánimos de crecimiento artístico. El álbum, en muchos sentidos, se siente como un reset: una forma de retirarse a la zona de confort de la estética de OVO en lugar de avanzar hacia un nuevo territorio creativo. Al final, sirve como un parche para detener una herida, una forma para que Drake se estabilice después de un año difícil, en lugar de una verdadera reinvención de su sonido o su personalidad pública.
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