Bon Iver ha regresado con un disco breve pero intenso, el EP “SABLE”
Justin Vernon muestra de nuevo su versión más depurada
Cinco (largos) años después de “i, i”, Justin Vernon está de vuelta con un disco breve pero intenso, el EP “SABLE”, surgido según ha contado de la más pura necesidad emocional. Es un poco un regreso al Bon Iver más puramente folk, el revelado con “For Emma, Forever Ago”, pero en versión depurada y madura. Poco más de doce minutos de música que durarán para siempre. Exploramos el lanzamiento.
Breve recorrido por los caminos trazados por Justin Vernon
Que el compositor, cantante y productor Justin Vernon y sus colaboradores hayan generado tanta expectación con el lanzamiento de un disco de (solo) cuatro temas (que, en realidad, son tres, como veremos), de poco más de doce minutos en total, dice mucho sobre el aura de culto que rodea todavía al proyecto Bon Iver, referencia total e influyente para el indie (y no indie) folk, pero imposible de encerrar en ese único marco genérico.
En el principio fue el intimista “For Emma, Forever Ago” (2007), gran disco beneficiado por la gran historia que tenía detrás, la de un Vernon fugado a una cabaña de madera en los bosques del norte de Wisconsin para superar el mal de amores (y, de paso, una enfermedad) a través de frágiles canciones folk que, en principio, iban a ser solo maquetas, pero no necesitaron ser terminadas para enamorar. Con ese falsete había más que bastante. “Bon Iver, Bon Iver” (2011) era más expansivo y rico a nivel instrumental sin dejar de ser muy aéreo. “22, A Million” (2016) y, después, “i,i” (2019) mostraron a Vernon tratando de huir de su propia sombra a base de melodías atonales, voces procesadas y aristas diversas.
En los últimos cinco años, sin disco suyo que echarnos al gaznate, hemos tenido que conformarnos con singles como “PDLIF” y “AUATC”, ambos con misión social, o colaboraciones con The National, Taylor Swift, The Japanese House y Zach Bryan. Aunque también estuvo “How Long Do You Think It’s Gonna Last?”, el disco de 2021 de su proyecto paralelo Big Red Machine. Y hemos podido repasar la (pre)historia de Vernon a través del cofre “Epoch” de DeYarmond Edison, con material no solo de dicho grupo anterior a Bon Iver, sino también del aún más lejano Mount Vernon. Nada de esto ha estado mal, pero queríamos más, algo un poco más largo y que fuera puro Bon Iver. Ya lo tenemos aquí.
Pequeño tríptico autobiográfico
Grabado en el estudio April Base de Vernon en Wisconsin, “SABLE,” se presenta como un disco de cuatro cortes, pero el primero, “...”, solo llega a los 12 segundos y es una intro ruidosa a una colección que destaca por su desnudez y por su cercanía a los discos de Vernon en solitario o el sagrado debut de Bon Iver. La verdadera primera canción es “THINGS BEHIND THINGS BEHIND THINGS”, que, junto a “S P E Y S I D E” y “AWARDS SEASON”, conforma una especie de tríptico autobiográfico. En entrevista con Amanda Petrusich en “The New Yorker Radio Hour”, Vernon explicaba: “Son tres temas, y no podría haber uno más. Cubre el espectro que va de aceptar la ansiedad a aceptar la culpa y de ahí a aceptar la esperanza. Esas tres cosas en una fila”.
El también impulsor de los post-rock Volcano Choir compuso “THINGS BEHIND THINGS BEHIND THINGS” en 2020, en mitad de un periodo de cierto bloqueo creativo. En el tema parece cansado de su propia cabeza, de ver, como dice el título, “cosas detrás de las cosas detrás de las cosas”: ¿cuándo se convierte la capacidad para ir más allá de la superficie en exceso de análisis y neurosis? Por la parte musical, su aire repetitivo parece espejear los pensamientos circulares, la sensación de no poder salir de los propios bucles. Con ese sonido espacioso y prístino, Vernon parece dejar aire para que brille la pedal steel de Greg Leisz, quien ya estuvo en “Bon Iver, Bon Iver”.
“S P E Y S I D E”, compuesta en 2021, surgió de un momento de claridad en Cayo Hueso (Florida) después de una época de marcada ansiedad. Esa claridad se extiende a una voz que rara vez ha sonado así de prístina: cómo impactan sus altos, sus bajos, el citado falsete y también su modo más cavernoso. “Ahora sé que no hago nada bien/ Cuánto me gustaría poder”, canta Vernon en otro momento de bajón, pero esa guitarra acústica, como bien ha dicho Brady Brickner-Wood en su reseña en “Pitchfork”, es “lo suficientemente brillante como para disipar la tristeza”. “S P E Y S I D E” fue, acertadamente, el single de avance, acompañado en su salida por un vídeo en blanco y negro dirigido por Erinn Springer.
Por último tocaría hablar de “AWARDS SEASON”, imaginada durante largos paseos alrededor del Lake of the Isles de Minnesota en 2023. Canción en lento crescendo, a la que se incorporan con sutileza, como en un disco de Talk Talk, los coros de una inmensa Carter Faith, los sintes, el piano, la pedal steel de Weisz o, finalmente, de modo más espectacular, un collage de saxofones. Esta vez, por una vez, Vernon parece confiar en el futuro: “Lo que era dolor ahora es ganancia/ Un nuevo camino se presenta ante ti/ Y sabes lo que es genial/ Nada sigue igual todo el tiempo”.
Según ha dicho en materiales de prensa, Vernon llamó al proyecto “SABLE,” como el color, en busca de algo que representara la “casi-oscuridad”. Pero este tríptico representa, incluso cuando más triste, una salida hacia la luz y la claridad. En la citada entrevista con Petrusich, se refirió a este lanzamiento como uno que “nació realmente de la necesidad personal”; todo parece indicar que ha logrado sus fines terapéuticos, que Vernon está más contento, o si no escuchad su exuberante participación en la versión remezclada del “BRAT” de Charli XCX.
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