Addison Rae, de influencer a main pop girl

El meteórico ascenso de Addison Rae, desde un pequeño pueblo de Luisiana hasta el estrellato mundial, es una demostración del poder de la reinvención, la persistencia y la perspicacia cultural. Mientras que muchos influencers han tenido dificultades para superar la fama viral, Addison ha forjado con éxito una carrera que abarca la música, la moda y el cine. Su álbum de debut, aún por anunciar, es de lo más esperado del año, y quizá aún no seas plenamente consciente de ello.

El nacimiento de un fenómeno de las redes sociales

Nacida en el año 2000 en Lafayette (Louisiana), Addison Rae empezó a ganar fama en TikTok a finales de la década pasada, convirtiéndose rápidamente en uno de los rostros más reconocibles de la plataforma. Sus vídeos de baile, su carismática presencia y su atractivo natural en pantalla le ayudaron a acumular millones de seguidores en tiempo récord. En cuanto TikTok se convirtió en una fuerza cultural dominante, la estrella empezó a conseguir lucrativos acuerdos de marca, colaboraciones y hasta un papel protagonista en la película de Netflix “Alguien como él”. A diferencia de muchos influencers que no consiguen salir de la esfera de las redes sociales, Addison vio su fama digital como un trampolín más que como un destino. Sus ambiciones poco a poco se extendieron mucho más allá de TikTok y se posicionó estratégicamente para una carrera en el mainstream.

Un camino pedregoso al estrellato pop

Por decirlo de una manera fina, los primeros pinitos de Addison Rae en la música fueron recibidos con un cierto escepticismo. Crítica y fans vieron en “Obsessed”, su single de debut, el enésimo intento desesperado de un influencer de labrarse camino en el pop. Era lo suficientemente pegadiza para anotarse un éxito viral, pero a la postre hueca y falta de profundidad: como declaración de intención para convertirse en una artista de pleno derecho le faltaba mucho. Eso fue en 2021 y los siguientes dos años seguían llenos de dudas, hasta que se filtraron unas demos que mostraban un sonido más pulido, reminiscente del pop de los dosmiles de iconos como Britney Spears y, ejem, Paris Hilton. Canciones como “2 Die 4” y “I Got It Bad” mostraron una estética refinada que consiguió una respuesta positiva y la llevó a lanzar oficialmente el EP “AR” en 2023, lo que marcó un punto de inflexión en su carrera musical. Addison ya no era solo una estrella de TikTok que incursionaba en la música; se había consolidado con éxito como una artista pop legítima. Y lo mejor aún estaba por llegar.

En las mejores compañías

Una de las decisiones más inteligentes de Addison Rae ha sido su capacidad para integrarse en los círculos creativos adecuados. Mientras otros influencers luchaban por ganar credibilidad, ella se alió con creadores de tendencias tanto en la música como en la moda. Colaborar con la provocadora pop Charli XCX, trabajar con creativos vanguardistas como Petra Collins y obtener el reconocimiento de Mel Ottenberg, de la revista Interview, la ayudó a pasar de ser una personalidad viral a una figura cultural respetada. Charli XCX, en particular, ha sido fundamental en la reinvención de Addison, guiándola y reconociendo su potencial como artista dispuesta a asumir riesgos. La creciente asociación de Addison con la alta costura y la estética pop alternativa ha consolidado aún más su estatus como creadora de tendencias, diferenciándose de la típica trayectoria de influencer a estrella del pop.

Contra el backlash, el mejor rebranding que recordamos

Addison Rae entró en el mundo de la música teniendo que remontar un 0-3 en contra: se la veía o bien como una intrusa o, peor aún, como una industry plant. “Obsessed” fue un poco bluf y ya no digamos la película que protagonizó en Netflix. Pero Addison aprendió a crecerse en la adversidad y empezar a crear su identidad musical. Tuvo la inteligencia de dar un paso atrás, reevaluó la dirección de su propuesta y abrazó una evolución artística más intencional. Incluso la filtración no autorizada de su música inicial jugó a su favor, generando una demanda orgánica de sus canciones. Aprendió de sus errores pasados ​​y se tomó un descanso calculado de TikTok para centrarse en desarrollar una identidad musical única. Su capacidad para gestionar las críticas y corregir el rumbo ha sido crucial para forjar su credibilidad como artista y entertainer.

Tres singles para marcar época

Los últimos tres singles de Addison Rae han echado el resto para cimentar el estatus de la estrella como innovadora pop. Y, vamos a reconocerlo, creo que nadie daba un duro por ella y su capacidad de convertirse en main pop girl. Pero es que con “Diet Pepsi”, muy Lana Del Rey ella, se anotó su primer hit orgánico en Billboard. Ya nadie podía acusarla de ser un producto de TikTok. Luego vino “Aquamarine”, que era un poco como si a Grimes le diese por lanzar canciones a lo “Ray Of Light” de Madonna. Si el original ya era una pasada, luego vino Arca a darle un enfoque más experimental, mezclando melodías etéreas y groove hipnótico con un beat dembow. Hace poco llegó su último sencillo, “High Fashion”, otra demostración de lo traicioneramente simples pero innegablemente efectivas que pueden ser sus canciones.

Camino al álbum de debut

“Diet Pepsi”, “Aquamarine”, “High Fashion”... poco se sabe del álbum de debut de Addison Rae, pero de lo que no tenemos ninguna duda es que ya solo por este trío de canciones, va a ir sobrado de hits. Lo que sí nos preguntamos es si el material va a seguir insistiendo en el pop Y2K o, de lo contrario, Addison se atreverá a explorar otros territorios sonoros fuera de los singles. Por lo pronto, en una entrevista con Rolling Stone, Addison describió el material como “canciones pop hipnóticas, parecidas al trance, palpitantes y exuberantes, que sin duda cumplirán el objetivo principal de Rae: hacer bailar a la gente”. Otra cosa no, pero sabe perfectamente lo que demanda su público. Y, en cuanto a las letras, la veremos cantar sobre una chica que quiere divertirse ya sea paseándose desnuda por la playa, volando hasta París por un capricho o emborrachándose en un bar.

FOTO: Carin Backoff